diumenge, d’agost 27, 2006

ALLÍ DONDE ESTES, DESCANSA EN PAZ



Muchas veces, en nuestra vida cotidiana, en conversaciones banales y generalmente vacías nos llenamos la boca clamando
por la injusticia de la vida, por los golpes que te recibes de ella y por su sinsentido. No son mas que simples excusas para justificar nuestro infortunio y nuestras frustaciones. Porque la vida puede ser más cruel de lo que nos podemos llegar a imaginar.

El pasado jueves la carretera volvió a llevarse una vida, pero no una vida cualquiera para nosotros. Nico Pastor, amigo desde que tenemos uso de razón, protagonista de los momentos mas recordados de nuestras vidas y compañero de aquellos que siempre estaba ahí, nos dejó.



Ninguno de nosotros pudo decirte adiós con un abrazo, como muchas veces hicimos en el pasado. Probablemente todos nosotros tenemos en mente cosas que en su día no te dijimos y que tú necesitabas escuchar. Probablemente todos nosotros nos damos cuenta ahora de que deberíamos haber permanecido más tiempo a tu lado cuando tú más lo necesitabas. Y por eso ninguno de nosotros a podido disfrutar del vuelco que supiste dar a tu vida después de tomar una decisión que probablemente ninguno de nosotros habría sido capaz de tomar. Tú fuiste capaz de dejarlo todo para buscar un sentido, para buscar un motivo y para volver a ser aquel chaval siempre sonriente con el cual nosotros crecimos. Y allí lo encontraste.

La vida fue muy injusta contigo durante tu vida pero el pasado jueves, seguramente en el momento menos oportuno, se cebó.

Para nosotros quedará tu compañía, las innumerables horas que pasamos juntos y todos los momentos que aun, a nuestra edad, somos incapaces de dejar de rememorar cuando, de vez en cuando, no reencontramos.



Tu vida se quedó en Santiuste, pero tu sonrisa y recuerdo quedaran siempre en lo mas profundo de nuestro corazón.

Nico, allí donde estés, espéranos
Allí donde estes, descansa en paz.